Dorothy Day
Dorothy Day
Dorothy Day (izquierda, con lentes) está en la cárcel del condado de Fresno, agosto de 1973. Foto de John Kouns.
Únicamente en el condado de Fresno hubieron 1,993 personas encarceladas, incluidos setenta sacerdotes y monjas; Dorothy Day fue una de ellas. La presencia de religiosos en la cárcel atrajo la atención pública hacia los campesinos que no podían ser liberados bajo su propia responsabilidad, aunque la opción estaba disponible para los sacerdotes y monjas.
Dorothy Day (centro) está en la cárcel del condado de Fresno, agosto de 1973. Foto de John Kouns.
Dorothy Day y un sacerdote están en la cárcel del condado de Fresno, agosto de 1973. Foto de John Kouns.
Dorothy Day en la cárcel del Condado de Fresno, agosto de 1973
El 8 de agosto, Joan Baez, su madre y Daniel Ellsberg visitaron el campo de trabajo agrícola donde estaban detenidos Dorothy Day y otros huelguistas. Joan Baez cantó una conmovedora canción carcelaria a los prisioneros en el patio, dándoles la espalda y cantando directamente a otros prisioneros llevados al comedor. Daniel Ellsberg mencionó que pensar en César Chávez le había dado valor durante su calvario de dos años en los tribunales. Era un domingo tranquilo y por la tarde se celebró misa. Las niñas mexicanas en el campamento cantaron, aplaudieron y enseñaron a las hermanas algunos bailes mexicanos. El poder de la oración debió tener algún efecto, ya que el Sr. Fitzsimmons, presidente de los Teamsters, canceló o rechazó contratos firmados por otro líder de los Teamsters en Delano.
La mañana después de su liberación de la cárcel, Dorothy Day llegó al parque del juzgado para una conferencia de prensa convocada por César Chávez. Se subió a una banca al lado de Chávez y dijo: "Esta huelga no es sólo por salarios, horas o condiciones. Implica la dignidad de los hombres". También mencionó a los 60 sacerdotes, ministros y monjas que se encontraban entre las 500 personas encarceladas por formar piquetes. "Ver la iglesia en la cárcel", dijo, "es ver el cristianismo real".
Más tarde, le mostró a Chávez su recuerdo de los días en la cárcel, un uniforme carcelario verde que ella llamó su "hábito". Al frente tenía las firmas de las mujeres encarceladas con ella y en el reverso estaba el águila negra de UFW y "Viva la Causa". Le pidió a Chávez que le autografiara el uniforme. "Pero yo no estuve en la cárcel contigo", dijo Chávez, quien acabó firmando el hábito de Day.
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